Si sientes que tu coche no es entra en la curva, pareciera que no tienes suficiente dirección para trazar la curva, lo que típicamente está sucediendo es que la transferencia de peso hacia el eje delantero no es suficiente.
Esto tiene tres motivos fundamentales: tu eje delantero es muy duro, y por tanto le cuesta aceptar el peso, tu eje trasero no se estira lo suficiente, no hay suficiente movimiento en los brazos traseros, o por último no hay suficiente grip en las ruedas delanteras.
Cuando frenas el coche debe hundirse delante y levantarse detrás, esto transfiere peso al eje delantero, permitiendo, siempre que exista suficiente agarre en las ruedas delanteras, que el coche responda a tus ordenes.
Por tanto, para resolver el problema de falta de dirección a la entrada de la curva, lo primero que debes mirar es cómo suavizar tu eje delantero. Para ello, ablanda la suspensión delantera: con un muelle más suave, con un silicona de un grado de viscosidad menor.
Si eso no fuera suficiente, pasa a una barra estabilizadora más blanda e inclina más los amortiguadores, pasa el anclaje superior un punto más hacia el centro del coche.
En paralelo, puedes trabajar en el eje posterior, endureciendo el muelle del amortiguador, de forma que su repuesta sea más agresiva, si eso no fuera suficiente puedes moverlo a una posición más vertical. Otro elemento que suele funcionar muy bien, es añadir distancia al suelo en el eje posterior, de forma que el coche siempre esté inclinado, sólo un poco, hacia adelante.
Desde el punto de vista aerodinámico, mover el alerón trasero hacia delante suele mejorar la capacidad del coche para entrar en las curvas. De la misma forma una carrocería con una mayor carga aerodinámica en el eje delantero mejorará el funcionamiento del coche en este punto.